A primera vista, Diego —un estudiante de medicina de 23 años—, José Luis —un padre de familia de clase alta con un puesto gerencial— y María —una adolescente de 16 años que cursa la preparatoria— parecen vivir realidades totalmente distintas. Sin embargo, todos comparten algo fundamental: pertenecen a grupos vulnerables al consumo de drogas adictivas, una problemática que no distingue edad, nivel socioeconómico ni estilo de vida.
El consumo de sustancias, legales o ilegales, es un fenómeno complejo que puede derivar en dependencia, afectando la salud física, emocional y social. A nivel global, este problema ha contribuido a la pérdida de más de 18 millones de vidas, una cifra alarmante que nos recuerda que la prevención no es opcional: es una necesidad urgente.
En la vida diaria, factores como la fatiga crónica en adultos y estudiantes o los cambios hormonales propios de la adolescencia pueden aumentar la vulnerabilidad. Bajo estrés, muchas personas buscan alivio inmediato sin reconocer que podrían estar iniciando un camino hacia la dependencia. Lo más preocupante es que quienes se encuentran en mayor riesgo, como Diego, José Luis y María, rara vez se identifican a sí mismos como vulnerables. Esa falta de conciencia facilita que la “experimentación casual” evolucione hacia hábitos nocivos.

Con esta realidad en mente, el Dr. Edgar Omar Vázquez, de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Monterrey, ha desarrollado una serie de investigaciones enfocadas en comprender los factores de riesgo de distintos grupos y, sobre todo, en acercar esta información a la comunidad. Su labor se fundamenta en un principio central de la filosofía UDEM: acompañar a la persona para promover su desarrollo pleno y su bienestar integral.
A través de conferencias, sesiones de intervención y dinámicas participativas, el Dr. Vázquez ha llevado sus hallazgos directamente a las poblaciones vulnerables. Estas actividades no solo explican por qué ciertos grupos están más expuestos, sino que también ofrecen herramientas prácticas para reconocer señales de alerta, prevenir riesgos y tomar decisiones informadas.
Gracias a estas intervenciones, personas como María, José Luis y Diego pueden comprender mejor los efectos a largo plazo que el consumo de drogas tendría en su salud, su proyecto de vida y sus relaciones. Más importante aún, aprenden cómo evitar ciclos de dependencia y cómo fortalecer su bienestar físico, emocional y social.
En la UDEM, creemos que el cuidado de la vida se construye a través de la educación, la conciencia y la solidaridad. Investigaciones como las del Dr. Vázquez reflejan el compromiso de nuestra comunidad universitaria con la formación humana, la prevención y la creación de entornos más sanos para todos.
