Hoy, más que nunca, el mundo parece estar marcado por el conflicto. Desde tensiones bélicas entre naciones hasta crisis sociales en América Latina y episodios de violencia en ciudades mexicanas, los retos para la convivencia pacífica son numerosos y complejos. En medio de este panorama, la investigación del Dr. Rixio Gerardo Portillo Ríos propone algo profundamente transformador: recuperar el diálogo como una vía real para sanar divisiones, fortalecer comunidades y construir paz.
Su trabajo parte de un hecho contundente: la conflictividad atraviesa todos los espacios humanos. Sin embargo, también reconoce que el diálogo—cuando se practica de manera ética, consciente y estructurada—puede convertirse en un camino para acercar posturas, reconocer dignidades y acompañar procesos colectivos. Desde esta visión, su investigación ofrece una mirada esperanzadora: incluso en tiempos de fragmentación, es posible reencontrarnos a través de la palabra.
Analizando el pensamiento del papa Francisco, el Dr. Portillo identifica un modelo dialógico compuesto por tres elementos profundamente humanos: la cultura del encuentro, la fraternidad y el diálogo como acción que articula y sostiene la convivencia. A partir de este marco, su investigación describe actitudes como el respeto, la humildad, la ternura y el “hacerse todo con todos”, que se convierten en disposiciones necesarias para conversar con sentido ético y apertura real hacia el otro.

Este trabajo no se queda en la reflexión teórica. Sus aportes ya han comenzado a tener impacto en múltiples niveles sociales. La propuesta dialógica ha sido presentada en conferencias, diplomados, cursos a nivel continental y espacios de difusión internacional —incluyendo un programa en Vatican News y entrevistas especializadas—, lo que demuestra su relevancia para contextos muy diversos. Además, la publicación de un libro por parte de PPC Madrid en Europa, México y Latinoamérica, y el desarrollo de un segundo manual en elaboración, muestran cómo esta investigación está abriendo caminos para que más personas puedan practicar el diálogo en escenarios reales.
El método dialógico que propone el Dr. Portillo también tiene aplicaciones claras en ámbitos tan variados como la convivencia social, la práctica democrática, el encuentro interreligioso, la responsabilidad ecológica y los procesos generacionales de escucha y colaboración. Su investigación invita a pensar en el diálogo no como un ideal abstracto, sino como una herramienta concreta para el día a día, capaz de promover sociedades más inclusivas y pacíficas, en sintonía con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 16.
Con este enfoque, su trabajo encarna valores profundamente alineados con la identidad de la Universidad de Monterrey: la búsqueda de la verdad a través del encuentro, la promoción de la dignidad humana, el compromiso con la paz social y la convicción de que la educación debe generar puentes que mejoren la vida de las personas.
La propuesta del Dr. Portillo nos recuerda que toda transformación comienza en un acto sencillo pero valiente: sentarnos a dialogar con auténtico interés por comprender al otro. En un mundo que enfrenta desafíos crecientes, este trabajo académico emerge como una invitación luminosa a recuperar la palabra como espacio común, donde puede nacer la fraternidad y florecer la convivencia.
